Un parque, no es parque sin alguien que se recree en él, una banca no es banca si nadie se posa en ella, un «espacio público» no es tal, sin nadie que lo haga suyo. Y no me refiero a acapararlo si no al «haga suyo» = disfrute.
Como cuando comes un helado y lo haces tuyo, por que tu paladar, lengua y tú lo están disfrutando. Así sucede con los lugares de esparcimiento.
En realidad es una foto que me parece cruda. Pero que la sola presencia de la abuelita ahí, ocasiona el reflexionar sobre la importancia de la «habitabilidad» de dichos espacios. La gente lo hace. Sin gente no es.
Así como el parque esta foto: sin ella es nadie.