Es una calle que vamos imaginando. Cada palabra compone un ladrillo de las casas que hacen la calle. Cada párrafo pensado es un inmueble construido. Nosotros llevamos en nuestra labia el poder de generar pavimento, en nuestra lengua las máquinas precisas para crear banquetas, nosotros somos la calle. Nosotros somos palabras y las palabras que conducen la calle de nuestros pensamientos.
¿Quieres calles verdaderas? – Piensa y habla con la verdad.