Y mañana nos encontramos.
¿Pero qué voy a hacer? ¿De qué le voy a hablar? ¿De calles?
¿de ciudades? ¿de lo mucho que la extraño? ¿de mis caminatas por el barrio? ¿de la tesis? O tal vez le hable sin palabras… tal vez sólo deba mirarla como cuando la luna le reflejaba en sus pupilas. ¡Eso es! Hablarle con los ojos, gritarle que moría por verla, susurrarle a miradas que le deseo, que le anhelo y que todo en lo que he pensado se resume a este momento. A tenerla frente a mí.
No le voy a contar de mis ganas de recostarme en una alfombra de hojas a su lado… de grabar nuestros nombres en la tierra, en los árboles o en el cielo…
No le hablaré de mi … si no de nosotros.
Lo que haré es mirar sus ojos.
Me saleme gusta la forma en que escribes de manera tan enamorado de tú entorno sigue escribiendo así. 🙂
¡Gracias! Gracias por tomarte el tiempo en leer estas ideas raras 🙂