Hay personas que saben para siempre y suelen ser tan nutritivas que el tiempo a su lado no se siente. Desaparecer el continuo entre día y noche debe ser de algún tipo de habilidad a partir de aquella evolución con los que el cosmos nos presta a coincidir.
Ella, representó en mi vida una consciencia trabajada para mantenerse en autorregulación a partir de las mismas percepciones introspectivas.
Después, cuando todo se desvaneció quedamos otra vez dos.
Lo importante de este cosmos es que saber decir adiós es crecer.
Lo valioso de estos días es conocer e interpretar la energía de la dicha de compartir el viento, el agua, la tierra y sobre todo aquel fuego en el que uno se consume.
Gracias por el fuego.