Las líneas de deseo son como la extensión del alma de un peatón. Cuando el astralopitecus, desciendió de los árboles y comenzó su andar, marcó consigo un trayecto invisible que se compone por una decisión sobre el lugar a donde quiere dirigirse (desde entonces existen).
Las líneas de deseo son también «elementos inherentes a nuestra condición natural de caminantes», como dice la Liga Peatonal. Están tan fijas en cada ser humano como su propia sombra y más, por que existen aunque no haya sol.
En el siglo XXI ocurren todos los días y ni cuenta nos damos. Cada paso que decidimos construye una línea de deseo, que por momentos sigue un trayecto; por ejemplo en el espacio público, en una banqueta, un andador o cualquier infraestructura para caminar pero por momentos no. Aquí es cuando se vuelve más divertido.
Las líneas de deseo de los peatones que se revelan al diseño de los espacios dejan huella o huellas, mismas que podemos identificar a simple vista.
¿Cómo identificamos una línea de deseo rebelde al diseño urbano?
Observando:
Son esas veredas que se marcan, a veces entre el pasto, a veces con huellas, a veces con marcas en los elementos urbanos que pasan desapercibidas pero que son parte de un viaje.
El término «línea de deseo» lo refirió Gastón Bacherlard, filósofo francés, autor de «La poética del espacio».
¿Las líneas de deseo siguen presente en las ciudades?
Algunas culturas le dan más importancia que otras, pero la respuesta sigue siendo: sí. En la construcción y consolidación de las ciudades, las calles, las plazas, los parques y más inducen o intentan inducir mediante su diseño los trayectos de las líneas de deseo que realizamos a diario. Por lo que cada vez que caminamos por una banqueta estamos siguiendo y recreando una de estas.
En algunas partes del mundo se lo han tomado tan enserio que las han incorporado al análisis para su interpretación en el diseño urbano, para lograr así, espacios pensados en el andar. En lugar de diseñar con intuición o siguiendo parámetros de diseño pensando en la función (demanda – oferta), se diseña con base en las líneas de deseo.
En algunos procesos del diseño urbano se incluye la observación de las experiencias de los usuarios y sus líneas de deseo. Teniendo como resultado planos que indican hacia donde se mueven las personas:
¿Qué descubrimos en Puebla?
Una línea de deseo que sobrevivió a la brutal urbanización. Esta línea en especial atraviesa más de 81 metros que contemplan: 8 carriles donde pasan autos a más de 50 km por hora y un tramo de camellón. Probablemente esta línea de deseo tenga la misma edad que tiene el Puente de Ovando (1755), casi 242 años. Representa el trayecto del puente antiguo hacia la calle 3 oriente, antiguamente llamada en su extensión «Calle de la Barranca». Su función sigue siendo comunicar ambas partes de la ciudad; el Barrio de Analco en dirección hacia la plaza principal del corazón histórico de la ciudad, también conocido como «el zócalo» y la Catedral.
La línea de deseo de ese entonces sigue vigente en el 2017 y se hizo más evidente en uno de los recorridos del colectivo Puebla Antigua, el pasado 15 de octubre donde se contaban algunas de las leyendas en torno a monumentos, edificios o sucesos ocurridos en el Centro Histórico de la ciudad de Puebla. Se hizo más visible cuando más de 150 personas cruzaron al mismo tiempo y la siguieron.
Lo encantador de este suceso, también fue ver como los autos se detuvieron ante el masa de personas caminando. Cuando los peatones son más los automóviles se comportan.
Aquí una imagen de la masa de peatones siguiendo la línea de deseo de más de 200 años, devorando el auto.
Y así fue el paso por los 8 carriles del bulevar Héroes del 5 de mayo, siguiendo la línea de deseo.
Al llegar a la 3 Oriente toda la calle se peatonalizó y se ganó en ese momento para las personas
Claro que esto no siempre es así, normalmente quienes cruzan a pie se ven en complicaciones para seguir esta línea de deseo, precisamente por las condiciones del diseño vial del bulevar.
Las personas tienen que correr por sus vidas, por que los tiempos que dan los semáforos para cruzar son muy cortos. En cambio el tiempo para que pasen los autos es el que lleva la preferencia ¿Entonces quién lleva la preferencia en el diseño de la ciudad?
Cuando no hay masas de personas que crucen juntas, los peatones tienen que librar su suerte entre los camiones y autos particulares.
Correr para tener que cruzar una calle es el pan de cada día en esta y muchas ciudades
Ahora con el proyecto del Gobierno del Estado de la línea 3 de la Red de Transporte Articulado (RUTA), esperamos que no se olviden de darle, cuando menos, la importancia a esta línea de deseo de más de 200 años que a pesar de todo sigue ahí, diciéndonos que la ciudad estuvo pensada alguna vez en mover agua y personas. Agua, cuando el río San Francisco aún era parte del sistema urbano de la ciudad y personas, con la construcción de más de 11 puentes que se fueron perdiendo cuando se embovedó el río.
Lo bueno es que los ciudadanos han comenzado a organizarse en torno a la recuperación del río San Francisco, para una vez por todas, asegurarse de que el río tenga su lugar en la ciudad que ayudó a fundar.
Agradezco enormemente a Davíd Ramírez Huitrón y al equipo de Puebla Antigua, por enseñarnos con cada recorrido, lo posible de lo imposible que dicen que puede ser la ciudad.
Por cierto el río San Francisco se cansó de callar y comenzó a tuitear, aquí lo pueden seguir: Río San Francisco
¿Y ustedes? ¿Qué otras líneas de deseo han visto, descubierto, comenzado?